Para nadie es un secreto que el fútbol ha dejado de ser un deporte y se ha convertido en un gran negocio. Para muestra los millonarios contratos televisivos, publicitarios, trasferecencias de jugadores y salarios. Las cifras hah alcanzado números tan escandalosos que permiten que equipos de fútbol facturen hasta más de 200 millones de euros por año.
El papel que juegan los medios de comunicación en conjunto con patrocinadores es increíble, logran manipular la información a su antojo sin que nadie haga nada al respecto. La calidad de un jugador muchas veces no tiene peso, si más bien las críticas que la empresa ha hecho sobre él.
Es así como un jugador como el argentino Marco Ruben fue comprado por el Villareal español por $7 millones, a pesar de tan solo haber anotado 7 goles en 28 partidos y de no haber ganado ningún titulo.
Otro caso es el de Lionel Messi, que genera anualmente más de 50 millones dólares, gracias al patrocinio de las empresas Pepsi, Lays, McDonald´s, A-Style, Storkman, Mastercard, Movistar, Mirage, Garbarino, Adidas, YPF, Banco Sabadell y X-Box.
Las grandes empresas de ropa deportiva también pagan sumas astronómicas a las selecciones de fútbol . Quizás el caso más sonado es el de la selección de Francia, que tras 36 años de vestir Adidas, vestirá Nike durante el período del 2011 al 2018 por 42,2 millones de euros anuales.
El caso más reciente de manipulación de información y marketing es el protagonizado por el Grupo Clarín de Argentina, con su diario Olé y la marca deportiva Puma. Con el fin de vender una edición limitada de tacos de fútbol y una revista de colección que incluye un DVD, ha obviado las verdaderas cifras del máximo anotador del Club Atlético Boca Juniors, para sacar jugo de los 180 goles de Martín Palermo.
El delantero esrá realmente a 48 goles del record que ostenta Eugenio Cherro. Es una verguenza para el periodismo que se manipule la información, pero a la vez es una victoria para el periodismo electrónico, que los blogs, sean los principales canales para denunciar tal mentira.
Quizás sí todos los blog hicieran el mismo esfuerzo por desmentir informaciones erróneas, nuestra credibilidad aumente aún más.
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