El video, O que sobrou do ceu, del artista brasileño O Rappa es una historia de la triste realidad que ha invadido la paz de los habitantes latinoamericanos.
La inseguridad que se respira hoy día en Amárica Latina es escalofriante, apesar de que no todos los crímenes salgan a la luz, la única seguridad que tenemos los habitantes es la seguridad de que en cualquier momento podemos ser presa de los antisociales.
A medida que nuestra leyes y recursos para combatir el crimen se han vuelto obsoletos, parece ser que América a sufrido un retroseso a la época de las colonias, en las cuales no gozábamos de ser libres e independientes. Ahora vivimos gobernados por el miedo, ó esclavisados mejor dicho, ya que aunque no tengamos cadenas en los pies, sí las tenemos en nuestros hogares.
Da pena ver como todo en estos tiempos evolucionan, como la técnología, el comercio y la educación, por ejemplo. Inclusive el crimen ha evolucionado, a merced de nuestras leyes que permancen estancadas.
Así como los celulares están de moda, parace ser que los criminales también imponen la suya, como lo han hecho con la estorción. En un territorio tan pequeño como el nuestro, con poco más de 4 millones de habitantes y que nos jactamos de ser pacíficos, una banda fue capaz en el 2006 de obtener ¢635 millones por secuestros.
Entre el 05 y 06, se reportaron 16 secuestros, pero la cifra pudo haber sido mucho más elavada de haberse denunciado todos los ocurridos. A pesar que los números no son tán elevados como en México, Brasil ó Colombia, donde en un semestre se superan los 150 secuestros denunciados, sí es una premonición de lo que podríamos llegar a sufrir los ticos.
La inseguridad que se respira hoy día en Amárica Latina es escalofriante, apesar de que no todos los crímenes salgan a la luz, la única seguridad que tenemos los habitantes es la seguridad de que en cualquier momento podemos ser presa de los antisociales.
A medida que nuestra leyes y recursos para combatir el crimen se han vuelto obsoletos, parece ser que América a sufrido un retroseso a la época de las colonias, en las cuales no gozábamos de ser libres e independientes. Ahora vivimos gobernados por el miedo, ó esclavisados mejor dicho, ya que aunque no tengamos cadenas en los pies, sí las tenemos en nuestros hogares.
Da pena ver como todo en estos tiempos evolucionan, como la técnología, el comercio y la educación, por ejemplo. Inclusive el crimen ha evolucionado, a merced de nuestras leyes que permancen estancadas.
Así como los celulares están de moda, parace ser que los criminales también imponen la suya, como lo han hecho con la estorción. En un territorio tan pequeño como el nuestro, con poco más de 4 millones de habitantes y que nos jactamos de ser pacíficos, una banda fue capaz en el 2006 de obtener ¢635 millones por secuestros.
Entre el 05 y 06, se reportaron 16 secuestros, pero la cifra pudo haber sido mucho más elavada de haberse denunciado todos los ocurridos. A pesar que los números no son tán elevados como en México, Brasil ó Colombia, donde en un semestre se superan los 150 secuestros denunciados, sí es una premonición de lo que podríamos llegar a sufrir los ticos.
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